Data: Martes. 31 de marzo de 2009
Enlace: http://salud.latam.msn.com/articulo_bbc.aspx?cp-documentid=18872011
Texto:
La vida, ¿un trastorno médico?
Parece que una enfermedad nueva es inventada cada día para cubrir cada singularidad de la conducta.
Síndrome de las piernas inquietas, desorden de ansiedad social, disfunción sexual femenina, síndrome de culto a las celebridades... Parece que una enfermedad nueva es inventada cada día para cubrir cada potencial singularidad de la conducta humana.
¿Se está volviendo la condición humana un trastorno médico?
Aproximadamente a un 10% de los niños estadounidenses se les administra el medicamento Ritalin para combatir problemas de conducta.
Se considera que el 10% de los niños británicos, por ejemplo, tienen algún trastorno de tipo mental clínicamente reconocible.
En este último país, en 2007, se expidieron 34 millones de recetas médicas de antidepresivos.
El doctor Tim Kendall, director del Centro Nacional de Salud Mental (NCCMH, por sus siglas en inglés) y consejero del gobierno británico, está preocupado por la tendencia a clasificar grandes franjas de la conducta humana como padecimientos.
"Creo que hay un peligro inherente en la clasificación creciente de las personas", opina.
"Si uno observa la 'Biblia' de la Asociación Americana de Psiquiatría, ve que prácticamente cada parte de la conducta humana puede ser clasificada como aberrante de alguna manera", dice.
Kendall ve un peligro en la "tendencia a inventar nuevas categorías, con frecuencia a instancias de compañías farmacéuticas que están inventando nuevos medicamentos".
Males históricos
La historiadora de la Medicina Louise Foxcroft coincide con estas apreciaciones y destaca los "mal definidos padecimientos" como la disfunción sexual femenina y la Escala de la Firmeza de la Erección (EHS, por sus siglas en inglés), esta última promovida por los productores del Viagra y que en su opinión trata de crear "miedo y ansiedad".
Lo cierto es que el fenómeno no es nuevo.
La doctora Foxcroft tiene estantes llenos de viejos textos médicos que documentan padecimientos ya olvidados.
Entre ellos figura la histeria, cuyos síntomas podían incluir desde la masturbación excesiva hasta la adicción desmedida a la lectura de novelas o la tendencia a deambular.
Tratamientos comunes aplicados a las mujeres "histéricas" -porque invariablemente se trata de mujeres- incluían el opio, la remoción del clítoris y hasta el encarcelamiento.
Más tarde, la neurastenia se convirtió en la aflicción mental de moda y de ella padecieron figuras como la escritora George Eliot y el filósofo Immanuel Kant.
A esos esforzados intelectuales se les recomendaron tratamientos más cordiales que incluían retiros para rehabilitar sus mentes agotadas.
Esos males y sus tratamientos eran patrimonio de las clases acomodadas... hasta hace un par de décadas.
Publicidad U.S.A
En 1977, en Estados Unidos se legalizó la publicidad de medicinas de prescripción médica.
Desde entonces, la televisión y las revistas han estado saturadas de comerciales que alaban las bondades de antidepresivos, fármacos que modifican la conducta y tratamientos contra la tensión premenstrual.
La cantidad de recetas médicas de las medicinas más publicitadas creció notablemente.
¿Y en Europa? Al doctor Kendall le preocupan las propuestas de la Comisión Europea que podrían relajar las restricciones a la publicidad de estas medicinas.
No se verán comerciales de Prozac durante las pausas de la telenovela ni Ritalin patrocinará el Gran Hermano, pero las propuestas podrían permitir publicidad en sitios médicos en internet y en algunas revistas.
El doctor Richard Tiner, de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica, dice que los miembros de esta organización se oponen a la publicidad emitida directamente a los consumidores, como se hace en Estados Unidos.
Pero si las propuestas se convierten en ley, como en ese país, podría verse en Europa la aparición de nuevos trastornos médicos y también de nuevos medicamentos para curarlos.
Serán nuevas maneras de "no ser normal".
Síndrome de las piernas inquietas, desorden de ansiedad social, disfunción sexual femenina, síndrome de culto a las celebridades... Parece que una enfermedad nueva es inventada cada día para cubrir cada potencial singularidad de la conducta humana.
¿Se está volviendo la condición humana un trastorno médico?
Aproximadamente a un 10% de los niños estadounidenses se les administra el medicamento Ritalin para combatir problemas de conducta.
Se considera que el 10% de los niños británicos, por ejemplo, tienen algún trastorno de tipo mental clínicamente reconocible.
En este último país, en 2007, se expidieron 34 millones de recetas médicas de antidepresivos.
El doctor Tim Kendall, director del Centro Nacional de Salud Mental (NCCMH, por sus siglas en inglés) y consejero del gobierno británico, está preocupado por la tendencia a clasificar grandes franjas de la conducta humana como padecimientos.
"Creo que hay un peligro inherente en la clasificación creciente de las personas", opina.
"Si uno observa la 'Biblia' de la Asociación Americana de Psiquiatría, ve que prácticamente cada parte de la conducta humana puede ser clasificada como aberrante de alguna manera", dice.
Kendall ve un peligro en la "tendencia a inventar nuevas categorías, con frecuencia a instancias de compañías farmacéuticas que están inventando nuevos medicamentos".
Males históricos
La historiadora de la Medicina Louise Foxcroft coincide con estas apreciaciones y destaca los "mal definidos padecimientos" como la disfunción sexual femenina y la Escala de la Firmeza de la Erección (EHS, por sus siglas en inglés), esta última promovida por los productores del Viagra y que en su opinión trata de crear "miedo y ansiedad".
Lo cierto es que el fenómeno no es nuevo.
La doctora Foxcroft tiene estantes llenos de viejos textos médicos que documentan padecimientos ya olvidados.
Entre ellos figura la histeria, cuyos síntomas podían incluir desde la masturbación excesiva hasta la adicción desmedida a la lectura de novelas o la tendencia a deambular.
Tratamientos comunes aplicados a las mujeres "histéricas" -porque invariablemente se trata de mujeres- incluían el opio, la remoción del clítoris y hasta el encarcelamiento.
Más tarde, la neurastenia se convirtió en la aflicción mental de moda y de ella padecieron figuras como la escritora George Eliot y el filósofo Immanuel Kant.
A esos esforzados intelectuales se les recomendaron tratamientos más cordiales que incluían retiros para rehabilitar sus mentes agotadas.
Esos males y sus tratamientos eran patrimonio de las clases acomodadas... hasta hace un par de décadas.
Publicidad U.S.A
En 1977, en Estados Unidos se legalizó la publicidad de medicinas de prescripción médica.
Desde entonces, la televisión y las revistas han estado saturadas de comerciales que alaban las bondades de antidepresivos, fármacos que modifican la conducta y tratamientos contra la tensión premenstrual.
La cantidad de recetas médicas de las medicinas más publicitadas creció notablemente.
¿Y en Europa? Al doctor Kendall le preocupan las propuestas de la Comisión Europea que podrían relajar las restricciones a la publicidad de estas medicinas.
No se verán comerciales de Prozac durante las pausas de la telenovela ni Ritalin patrocinará el Gran Hermano, pero las propuestas podrían permitir publicidad en sitios médicos en internet y en algunas revistas.
El doctor Richard Tiner, de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica, dice que los miembros de esta organización se oponen a la publicidad emitida directamente a los consumidores, como se hace en Estados Unidos.
Pero si las propuestas se convierten en ley, como en ese país, podría verse en Europa la aparición de nuevos trastornos médicos y también de nuevos medicamentos para curarlos.
Serán nuevas maneras de "no ser normal".
Es la primera vez que visito tu blog.
ResponderEliminarun saludo desde España
Y yo en este momento estoy leyendo los post sobre la moralidad sexual cultural de tu blog. Gracias por "democratizar" el pensamiento Freudiano.En Colombia, lamentablemente la ciencia psicoanálitica es débil; El "psiconarcotráfico" parece no tener barreras, ni siquiera académicas, pero alienta, con mucho, el hecho que en países como España y Argentina el Psicoanálisis no haya sido condenado al ostracismo. Muchas Gracias; un abrazo desde Latinoamérica.
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